miércoles, 16 de marzo de 2011

Use Sunscreen



Me encanta la parte del final con los besos.

Cuánto echo de menos los besos espontáneos, esos de "porque sí" de los que damos en España en cualquier lado porque, simplemente, nos apetece.

Es curioso ver las cosas que uno echa de menos cuando se cambia de país y deja atrás todo aquello con lo que ha estado viviendo toda su vida. No es que yo haya sido nunca una firme defensora de España, las cosas como son; más bien, me daba por ponerme como una furia tratando con la burocracia de este nuestro país (un año y medio como mínimo para registrar un matrimonio celebrado en el extranjero), maldecir a mis vecinos que se ponían a hablar hasta las tantas de la noche en verano, en mitad de la calle, cuando yo tenía que trabajar al día siguiente (señoraaaa, coja el mandil y pa'casa, hombre, que no son horas!!), despotricar contra la falta de tacto y educación de la gente cada vez que alguien intentaba cotillear sobre mi vida (¿pero esta chica... entonces... estáis juntas? o_O), conjurar a las fuerzas del mal para acabar con esta panda de gobernantes ineptos (me da igual los de ahora que los de antes) que cobran millones, mientras gracias al sistema de trabajo que tenemos, a  los diplomados en Educación no les queda muchas veces otra que trabajar como monitores de ocio y tiempo libre, con un contrato de tres meses, por 5 euros la hora -7 si tienes suerte-  para pagar una casa que cuesta 5 veces más de lo que vale, hipotecarte de por vida y quedarte sin vida social porque el dinero no te da más que para el préstamo del banco, el transporte y los tupper del Mercadona que le llevas a tu madre el domingo para que te los llene para la semana. En definitiva: yo me acordaba hasta del padre de Domingo Ortega.

Pero tenemos otras muchas cosas buenas: puedes ponerte a jugar en la calle con un niño que no es tuyo, y no pasa nada: los padres te sonríen; puedes abrazar a diestro y siniestro, y todos tan felices; puedes caminar por la calle; puedes sentarte en cualquier banco, parada de autobús o similar sola, que al ratito tienes a alguien a quien no conoces de nada dándote conversación; la gente, por lo general, saluda al entrar a los sitios; puedes ir al parque sin tener que pagar por ello; las barcas del Retiro tienen un precio asequible; se cocina con aceite de oliva; el kilo de fruta no suele llegar a los 2 euros (si te vas al Corte Inglés es tu problema, pero al menos tienes opciones); la gente sonríe; gastamos bromas; tenemos una naturaleza increíble en el norte, una historia alucinante y ciento de lugares para visitar que NO SON centros comerciales; no pagamos 15 euros al mes de agua.

Ay, España.


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