martes, 1 de marzo de 2011

Por un trocito de plástico

¡Y la cosa se va completando!

¿Os acordáis de cómo nos sentíamos cuando teníamos diez y pico años y empezábamos a utilizar el monedero? Aquello estaba tan vacío y solo, con no más que la paga que nuestra madre nos daba y, en mi caso, el carnet del club de voleibol y el bonobús. Ay, qué triste. ¡Si yo dejaba las tarjetas de mentirijilla que venían dentro cuando lo comprabas sólo para verlo un poco más lleno!.

Pues ahora me siento un poco más o menos lo mismo: mucha tarjeta y mucha historia, pero no me vale ninguna. ¿Me atenderán en el hospital Maktoum con mi cartilla de la seguridad social de Castilla-La Mancha?, ¿Ganaré puntos Travel Club cada vez que Lutfi reposte en ENOC? ¿Y conseguiré descuentos en Borders con mi tarjeta de Abac?.

¡Pero la cosa no está tan fea como pinta! Ayer recibí ¡MI SEGUNDA TARJETA útil en Dubai! Primero fue la del Metro, ahora la del médico. Al menos si uno de estos días me da por romperme una pierna, sé que tendré una escayola esperándome.

Lo siguiente es el carnet de conducir -tengo el internacional, pero debo cambiarlo por el nacional aquí- y algo parecido al DNI español, aunque eso me parece que va a esperar un poquito, que esta gente te saca dinero por ¡todo!. No me extraña que no paguen impuestos y no pase nada, ¡si sacan los fondos de cualquier otra parte!.

Me acuerdo de una manifestación en Madrid, en Sol, en la que había un chico con una pancarta que decía "Y lo próximo ¿qué es? ¿privatizar el aire?".


 Pues lo dicho.



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