sábado, 12 de febrero de 2011

Mubarak

Ayer, mientras estábamos sentados en una terraza comiendo kenafa (sí, otra vez, ¡somos adictos!) el portavoz del ejército egipcio anunció que en media hora Hosni Mubarak daría un comunicado importante. Todo el mundo, claro, pensó que se trataba de la renuncia. Subieron el volumen, la gente hizo un círculo alrededor de la pantalla.

¡El presidente de Egipto va a dimitir públicamente y nosotros comiendo kenafa! Es curioso cómo los grandes hitos de la Historia se mezclan con las pequeñas cosas cotidianas.

El señor presidente se hizo esperar y le sugerí a Lutfi pedir una de falafel para hacer tiempo: tampoco era cuestión de estar viendo las noticias de brazos cruzados.

Pasó la media hora, y más, y Mubarak seguía sin aparecer.

Empezaba a hacer fresco y aún teníamos que coger el metro de vuelta a casa (¡mi primer viaje en metro como residente!). Así que nos fuimos con la sensación de haber faltado a algo importante.

Esta mañana hemos puesto las noticias y lo primero que hemos visto es que ¡Mubarak no se va! ¿Pero qué broma es esta?.

Esta tarde oigo que Lutfi me llama desde el salón "¡Carmen, ven!".

Ayyy, ¡es el momento, es el momento!.

Un país que se echa a la calle pidiendo a gritos democracia y que consigue echar al dictador que ha tenido durante 30 años en el poder y ¿qué estaba haciendo yo en el momento clave de la dimisión? ¡aclararme la cabeza! 

En fin, cosas de la vida.




Lo mejor de todo es que parece ser que los Emiratos le han ofrecido acogerle. Vamos, que pasado mañana me estoy comprando unas chanclas en Dubai Mall y me lo encuentro comiendo palomitas. ¡Lo más de lo más!.




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